Mira que no se me había ocurrido hacer una tarta cuadrada, pero Noelia quería sorprender a su marido Óscar, aficionado al Cubo de Rubik
Aquí tenemos el resultado, una tarta bien alta, bien cuadrada y sin posibilidad de giro, así que se queda sin hacer porque se la tienen que comer, je,je
Espero que fuera un éxito y que no intentaran resolverlo, ja,ja. Gracias a Noelia por la confianza y a María por ponerme en contacto con ella.
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