Buenas tardes.
Empiezo poniéndoos al día de todo lo que he hecho desde mi última entrada.
Siento haberos tenido fuera de juego tanto tiempo, pero debe ser que no administro bien mi tiempo y no me llega para todo.
Comienzo por una tarta muy especial.
Al igual que todos los encargos que me hacen mis amistades, las tartas son muy especiales.
Cuenta la primera impresión, la vista es uno de los sentidos más importantes en las tartas fondant, pero sin duda alguna cuenta el sentido del gusto.
Ésta tarta tenía que satisfacer a dos mellizas que celebraban su Primera Comunión, y como buenas hermanas que se precien, a cada una le gusta un sabor diferente.
Así que hice 2 tartas en una, una composición de 2 tartas con sus 2 sabores diferenciados.
Una fue Sacher (estuve tentada de comérmela y hacer otra, jijij) y la otra bizcocho red velvet bañado (éste casi se lo comen mis hijas).
Como sabéis, personalizo todas mis creaciones, y ésta especialmente tenía que estarlo. Las protagonistas llevaban distintos adornos en el pelo y los reproduje en la tarta. Una diadema con flor y un prendido con flores.
Y ésta decoración como de vidrios triangulares de colores tiene que ver con los detalles que dieron las niñas a sus invitados y que ellas mismas hicieron con sus manitas.
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